Hay diversas razones por las cuales podemos poner un final
definitivo al uso de nuestra piscina desmontable. Puede ser que queramos
sustituirla por otra más moderna, que esté muy desgastada por el uso o
simplemente pensamos que no vamos a volver a utilizarla.
El primer paso será vaciar la piscina. Sería conveniente pensar en un correcto
aprovechamiento del agua, pues como sabemos se trata de un bien escaso. Puede ser que lo usemos para regar el césped, las plantas, etc.
Una vez que la hemos vaciado, lo siguiente es
desmontarla. Conviene replantar el
césped en el lugar donde ha estado instalada la piscina desmontable, ya que por
la falta de luz y riego se queda muy deteriorada.
Llegados a este punto, lo que nos plantearemos es qué hacer
con la piscina desmontable. Sea cual sea el motivo, nunca debemos tirar la piscina sin más a la basura. Muchas de las
piezas pueden reutilizarse, contribuyendo así a la conservación del medio
ambiente. Debemos informarnos qué hacer con los distintos materiales que la
constituyen para que sean destinados a reciclarse en la medida de lo
posible.
Lo más recomendable es ponerse en contacto con el fabricante
ya que éste nos podrá indicar de una
manera fiable dónde se deberán depositar
los materiales. Incluso en algunos casos es probable que nos ofrezcan la
recogida de los mismos.
Si la opción anteriormente descrita no es posible, se
debería localizar el punto limpio más cercano.
Siempre debemos considerar estos lugares que ponen a disposición de los
ciudadanos para deshacernos de aquellos materiales como pueden ser lo que se
encuentran en electrodomésticos o muebles que no tenemos opción de reciclar en
contenedores comunes.
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